lunes, 5 de enero de 2009

Virilio y los límites de la velocidad. Cap: La estética de la desaparición.

Virilio y los límites de la velocidad. Santiago Rial. Editorial Campo de ideas. Buenos Aires.
Capítulo: La estética de la desaparición.

La gran ruptura estética del siglo XIX es la aparición de una “estética de la desaparición”. Ésta sucede a la estética de la aparición propia de la escultura y la pintura, donde las formas surgen de sus sustratos. Con Niepcey Daguerre nace una estética de la desaparición.

“Al pasar por la invención de la fotografía instantánea que hará posible el fotograma cinematográfico, la estética será puesta en movimiento. Las cosas existirán cuanto más desaparezcan. La película es una estética de la desaparición puesta en escena por las secuencias. No es simplemente un problema de transporte, es la velocidad de la toam de la instantánea fotográfica, además de la velocidad de las 24 tomas por segundo de la película, las que revolucionarán la percepción y cambiarán totalmente la estética. Frente a una estética de la desaparición no hay más que una “persistencia retiniana”.

Con la llegada de la “estética de la desaparición” se pasa de la persistencia de un soporte material (el mármol o el lienzo del pintor) a la persistencia cognitiva de la visión.

Con la fotografía, la visión del mundo se convierte, además de una cuestión de distancia temporal a abolir, en una cuestión de velocidad. La velocidad de exposición de una fotografía instantánea que ofrece la detención del tiempo de una imagen, que será considerado como una prueba irrefutable de la existencia de un mundo objetivo, cuando de hecho, la instantánea lo que hace es falsificar la temporalidad sensible del testigo, “ese tiempo que es movimiento de una cosa creada”.

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